viernes, 26 de marzo de 2010

LA VIRGEN DE LA NUBE




La Orden Franciscana inaugurará el proyecto que mide 30 metros de alto la segunda semana de septiembre. La obra cuesta más de un millón de dólares.

La escultura mide 25 metros de alto y está revestida por más de 500 piezas de aluminio. La obra tiene todas las seguridades técnicas.


Azogues. El rostro de la Virgen de la Nube y del niño Jesús fue ya colocado en el monumento que se levanta en la cima del cerro Abuga, ubicado a una altura de 3.077 metros sobre el nivel del mar y a una distancia de dos kilómetros del centro urbano de Azogues.

Se trata de las últimas piezas para concluir con el montaje de la efigie religiosa. Para la segunda semana de septiembre, se prepara la inauguración del monumento, dice Manuel García, de la Comunidad Franciscana y mentalizador del proyecto.

La imagen de la Virgen en el Abuga está de frente a la ciudad y con su mirada hacia el convento y el Santuario Franciscano, ubicado en la colina del Calvario, construido en 1927 en honor a la divinidad católica.

Acabados

Según Rafael Maldonado, técnico del proyecto, para terminar faltan los acabados como los ajustes de pernos y otras seguridades. Además de igualar los colores de la imagen, la impermeabilización y el desarme de los andamios. La obra prácticamente está concluida.

En el proyecto trabajaron 20 personas, divididos en grupos por áreas como el artístico en madera, fundición, pre-armado en Quito y el armado en la cima del cerro. El monumento mide 25 metros de alto y la base es de hormigón armado de cinco metros de alto con un peso de 350 toneladas, edificado en un suelo macizo rocoso muy estable.

La estructura interna de la escultura es metálica y se sustenta en un cilindro central de acero con un peso de 30 toneladas, que va revestido con más de 500 piezas o placas de aluminio fundido, cuyo peso es también de 30 toneladas. “El monumento es puramente nacional”, expresó.

Para el técnico, después que se concluya con la obra se realizará una inspección tres meses después para verificar la impermeabilización de la escultura. Anualmente deberá recibir mantenimiento.

Financiamiento

El proyecto es de la comunidad franciscana y para su ejecución se creó la Fundación Virgen de la Nube. Fray Manuel García dice que la obra supera el un millón de dólares. Los recursos son producto de la autogestión y la colaboración de migrantes y sus familiares, también de comunidades rurales y devotos de la Virgen de la Nube. “El apoyo económico viene de la gente pobre, no hay ningún aporte de las instituciones o de las personas ricas”.




El paisaje de Azogues experimenta cambios. Uno de los principales está en el cerro Abuga. En este cerro sagrado de la cultura cañari se levanta el monumento a la guardiana y protectora de la capital de Cañar: la Virgen de La Nube.

En medio de un colorido paisaje de contrastes, la Comunidad Franciscana de Azogues construye esta obra, que se ejecuta solo con dinero de los fieles
La ambiciosa idea del sacerdote fray Manuel García surgió en mayo del 2004. Recuerda con alegría la aceptación e interés que le pusieron los devotos cuando les transmitió la iniciativa, en una misa en el santuario de los padres franciscanos de Azogues.

Primero contactaron a los dueños del terreno que tenía un conflicto legal. Tres meses después, como lo ofrecieron las dos familias dueñas (Castillo) llegó la buena noticia, quienes donaron unos 7 000 metros cuadrados en la cima de este cerro, a 3 100 metros sobre el nivel del mar.

Cuando tramitaban los permisos para construir el monumento aparecieron las primeras trabas. Las autoridades del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) del Austro se opusieron a la obra, debido a que este cerro es parte de los bienes patrimoniales de la capital cañarense.


En tiempos precolombinos fue el cerro sagrado de los cañaris, porque fue parte de la leyenda que habla sobre el origen de esta cultura. Además guarda vestigios importantes. El mismo sacerdote señala que en las prospecciones realizadas se encontraron muros, tiestos y osamentas.

En febrero del 2006, después de una inspección en este lugar, las autoridades nacionales del Instituto de Patrimonio autorizaron la ejecución. La condición fue que no se permita subir vehículos a la cima, tampoco permitir el ingreso de mucha gente y la efigie no debe ser demasiado alta.

Pero estos requisito se cumplen a medias. Por ejemplo, la base de la escultura tiene cinco metros de alto, sin contar que se cimentó a 1,80 de profundidad. Y la escultura en aluminio tiene 25 metros.